El busto es de Agripina la menor.
Hija de Agripina la mayor, (evidente evidente) y del famosísimo y brillantísimo Germánico.
Pero no escribo sobre ella para alagarla en cuanto a su cesáreo abolengo.
Escribo sobre ella porque me leí las memorias que Pierre Grimal escribió sobre ella y descubrí un personaje de los que a mí me gustan.
Para dar más detalles sobre ella, fue la madre del querido Nerón.
Otra joyita de esa tremenda familia.
Este ilustre descendiente fue fruto de su matrimonio con Domicio Enobarbo. Cuando los compañeros del cónsul le felicitaron por el nacimiento de su hijo, éste les respondió:
"-No es motivo para felicitarme. De la unión de Agripina y yo sólo, puede nacer un mounstruo."
Y es que el matrimonio se llevaba un poco mal.
Pero para alegría de Agripina su esposo murió no muy tarde. Ella se casó de nuevo con otro señor más rico todavía. Que para mayor felicidad también murió rápidamente legandole toda su fortuna. (casualidà!)
Así, poco a poco, fue labrando el camino al ascenso de su hijo, como única vía en aquella época de alcanzar el poder absoluto para una mujer (y es que aprendió mucho de Livia).
Finalmente se casó con el hermano de su padre. Claudio. Emperador, claro. Y casó a su hijo con la hija de éste.
Pasito a pasito, crimen tras crimen, inexorable, aborrecible, cruel, Agripina elevó a su hijo a lo más alto.
Tras cargarse a la poca familia que le quedaba, su hijo heredó el Imperio. Por fin Agripina lograba su deseo. Para retener el poder a través de su hijo, no dudó tampoco en mantener relaciones incestuosas con él.
Pero el listillo de Nerón prefería para esas cosas a Popea Sabina antes que a su madre.
Y esta fue otra de esas que se empeñan en dominar a los hombres.
Le presionó para casarse, pero Agripina no daba su permiso porque lo quería sólo para ella.
Temiendo que su hijo la abandonara, empezó a tramar alguna que otra cosilla.
Popea se enteró y se lo contó a Nerón.
Entonces Nerón mandó asesinar a su madre.
Agripina debió haber hecho caso a los astrólogos que tras el parto le vaticinaron que su hijo reinaría sólo si mataba a su madre.
A lo que ella les espetó:
Occidat, dum imperet!
Que me mate, con tal de que reine!
Se regocijaría de saber que más tarde, Nerón mató a Popea propinándole una patada estando en avanzado estado de gestación. Popea, claro.