domingo, 1 de junio de 2008

Lucía Etxebarría



Guardad esto en vuestro corazón: Quien carece de raíz carece también de fruto.
El libro de la vida fue revelado dentro del corazón, éste que se incribe en la mente del Todo y que ha quedado dentro de su incomprensibilidad desde antes de la fundación de la totalidad.
Su sabiduría medita sobre el Logos, su enseñanza lo expresó, su conocimiento lo reveló, su dignidad lo coronó, su alegría lo regocijó, su gloria lo exaltó, su apariencia lo manifestó, su reposo lo recibió, su amor lo encarnó, su fe lo abrazó.
Es sendero para los desviados, fe para los descreidos, descubrimiento para los buscadores, alivio para los aflijidos y pureza inmaculada para los contaminados.
Sostiene a quien tropieza, alimenta al hambriento, restaura a los enfermos, repone a los cansados, consuela a los dolientes, levanta a los caídos, convence a los escépticos, despierta a los dormidos.
Ésta es la perfección en su pensamiento y éstos son los logoi de su meditación. Cada uno de vosotros es producto de su voluntad unitaria, en la revelación de su significado.
Hablad desde vuestros corazones, porque en ellos reside Su Palabra y dentro de vosotros mora esta luz eterna que no contiene sombra.
Hablad desde vuestros corazones, porque en ellos reside Su Palabra.

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