martes, 29 de julio de 2008

El miembro de Bibiana

Pasó ya hace bastante, pero se comprenderá que he tenido que tomarme un tiempo para contener la risa y pensar un poco sobre semejante tontería.
En la primera comparecencia de la ministra Aído (la "protegida" de Cháves), ministra de ministerio dotado con 43 millones de euros, y cuyas medidas, que yo recuerde, no van más allá de intalar una línea telefónica para que los maltratadores soliciten ayuda ¿?, y alguna campaña de publicidad en contra de la violencia de género, se refirió a los "miembros y miembras de esta comisión".
Aunque el patinazo provocó hilaridad, y ella tuvo que reconocer su lapsus, no dejó de escudarse en una reciente visita a América, en la que, por lo que ella afirma, se utiliza una terminología semejante.
Pero, atención, que orgullosa de sí misma, he leído que más tarde dijo “hay determinados anglicismos, como ‘guay’ o ‘fistro’, que no tuvieron tantos problemas” para su inclusión en el DRAE".
Alguien debería decirle a esta eminencia ministerial, a este faro cultural, que la palabra "fistro" creada por aquel humorista, no está incluída.
Pero he aquí, que no es criticable una patada semejante al diccionario.
La defensa de esta indefendible, se basa en la acusación de machismo de todos los que hablan de su falta de capacidad y de la inutilidad de su ministerio. Y cuando alguien dice: "¡machista!" me recuerda a otra época en la que el grito era: "¡hereje!", pues poco importa la justificación, la sombra de la duda impide que nadie tome en consideración el resto de lo que se quiera afirmar. Es un caso comparable también con el de aquellos judíos que acusan de antisemita a quien se atreve a criticar su política.
Además, todos estamos deacuerdo en que el tema de la igualdad y la violencia de género es muy grave para que se vanalice con él, pero las cosas han de hacerse como han de hacerse, y los problemas reales se solucionan enfrentándose a la realidad. La imagen también es importante, y se debe trabajar en ello, pero sin perder de vista que existe la posibilidad de caer en medidas absurdas y populistas.

Discurso de despedida de "la pasionaria" a las bb. ii.



Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan. Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas. Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranía de todos los pueblos. Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón, aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud. De todos los pueblos y de todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República Española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio. Y Jarama, y Guadalajara, y Brunete, y Belchite, y Levante, y el Ebro, cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales. Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales, para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España. Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros, incondicionalmente. Nos lo daban todo, su juventud o su madurez; su ciencia o su experiencia; su sangre y su vida; sus esperanzas y sus anhelos...Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros. ¡Banderas de España! ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires! ¡Madres! ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfumen en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales. Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayoneteas, vigilados por perros rabiosos que ansiaban clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariño, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: ¡Aquí estamos!, vuestra causa, la causa de España, es nuestra misma causa, es la causa común de toda la humanidad avanzada y progresiva. Hoy se van muchos; millares se quedan, teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles. ¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites, os hacen volver a vuestra patria a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marchar orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticio de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales, o hacia las acciones industriales, que quieren salvar de todo riesgo. No os olvidaremos; y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República Española, ¡volved! Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!

Me queda la palabra





Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,

me queda la palabra.

Poema de Blas de Otero, que cantan Alberti y Paco Ibáñez.


El discurso de la Luna


"Queridos hijos escucho sus voces. La mía es una sola voz, pero resume la voz del mundo entero; de hecho hoy, todo el mundo está representado aquí. Se diría que hasta la luna está contenta esta noche. Mírenla cómo desde arriba observa este espectáculo, tan grande que la Basílica de San Pedro, que ya tiene 4 siglos de historia no ha podido contemplar. Mi persona no cuenta nada, es un hermano que os habla, convertido en padre por la voluntad de nuestro señor, pero todo junto paternidad y fraternidad son gracia de Dios. Hagamos honor a la impresión de esta noche y llevemonos por nuestros sentimientos como ahora los seguimos delante del cielo y de la tierra. Fe, esperanza, caridad, amor de Dios y amor a los hermanos y así ayudar todos a la santa paz del señor, por la gloria de Dios y de los hombres de buena voluntad. Al volver a sus casas encontrarán a sus niños. Denles una caricia a sus niños y díganles: ‘ésta es la caricia del papa’. Quizás encuentren alguna lágrima para enjugar. Digan para los que sufren una palabra de aliento. Sepan los afligidos que el papa está con sus hijos, especialmente en las horas del dolor y de la amargura."

El pedestal de las estatuas






Al conocer lo que las tropas habían hecho, no por su órden, en Roma, Carlos V declara luto oficial, porque "ningún cristiano puede estar alegre mientras su Pastor esté preso". Pero no ordena su puesta en libertad. Esta actitud no puede ser más razonablea mi entender, y es por lo que Carlos suscita en mí una nueva simpatía. Es católico sincero; suspende los festejos por el nacimiento de su primogénito; escribe al papa expresando su sentimiento por lo sucedido y ofreciéndole su amistad; escribe a todos los príncipes cristianos epístolas de duelo y de responsabilidad personal salvada; ordena que en todas las iglesias de sus Estados se eleven preces por la libertad del Santo Padre. Pero, como Emperador, calla ente Lannoy y ante Alarcón, porque han de cumplirse las condiciones pactadas con el Papa enemigo. La conducta de Carlos no es doble; es doble la conducta d eun pontífice que emplea las malas artes humanas para salirse con su voluntad y su poder humanos. Como todos los Papas han hecho siempre y hacen, salvo alguna excepción que no conozco. Había llegado la hora de dar una lección a los Pontífices que empleaban sus tiaras y sus báculos como armas de guerra, más motales que otras, y menos ejemplares.

Memorias de Adriano


El porvenir del mundo no me inquieta; ya no me esfuerzo por calcular angustiado la mayor o menor duración de la paz romana; dejo hacer a los dioses. No es que confíe más en su justicia que en la nuestra, ni tengo más fe en la cordura del hombre; la verdad es justamente lo contrario. La vida es atroz y lo sabemos. Pero precisamente porque espero poco de la condición humana, los periodos de felicidad, los progresos parciales, los esfuerzos de reanudación y de continuidad me parecen otros tantos prodigios, que casi compensan la inmensa acumulación de males, fracasos, incuria y error. Vendrán las catástrofes y las ruinas, el desorden triunfará pero también, de tiempo en tiempo, el orden. La paz reinará otra vez entre dos periodos de guerra; las palabras libertad, humanidad y justicia recobrarán aquí y allá el sentido que hemos tratado de darles. No todos nuestros libros perecerán, nuestras estauas mutiladas serán rehechas, y otras cúpulas y frontones nacerán de nuestros frontones y nuestras cúpulas; algunos hombres pensarán, trabajarán y sentirán como nosotros; me atrevo a contar con esos continuadores nacidos a intervalos irregulares a lo largo de los siglos, con esa intermintente inmortalidad. Si los bárbaros terminan por apoderarse del imperio del mundo, se verán obligados a adoptar alguno de nuestros métodos y terminarán por parecerse a nosotros. Chabrias se inquieta ante la idea de que un día el pastóforo de Mitra o el obispo cristiano se instalen en Roma y reemplacen al sumo pontífice. Si por desgracia llega ese día, mi sucesor al borde del ribazo vaticano habrá dejado de ser el jefe de un círculo de afiliados o de una banda de sectarios, para convertirse a su turno en una de las figuras universales de la autoridad. Heredará nuestros palacios y nuestros archivos, no será tan diferente a nosotros como podría suponerse.
Acepto serenamente las vicisitudes de la Roma eterna.

León el Africano


-¿y si te dijera que no?
-Dime "no, no intentarás salvar de la matanza a los de tu raza", "No, no lucharás para que tu hijo sea un día señor de Constantinopla". Dime esas palabras y obedeceré. Pero habré perdido el gusto por la vida y por el amor.

lunes, 28 de julio de 2008

BAKUNIN, DIOS Y EL ESTADO

La Biblia, que es un libro muy interesante y a veces muy profundo cuando se lo considera como una de las más antiguas manifestaciones de la sabiduría y de la fantasía humanas que han llegado hasta nosotros, expresa esta verdad de una manera muy ingenua en su mito del pecado original. Jehová, que de todos los buenos dioses que han sido adorados por los hombres es ciertamente el más envidioso, el más vanidoso, el más feroz, el más injusto, el más sanguinario, el más déspota y el más enemigo de la dignidad y de la libertad humanas, que creó a Adán y a Eva por no sé qué capricho (sin duda para engañar su hastío que debía de ser terrible en su eternamente egoísta soledad, para procurarse nuevos esclavos), había puesto generosamente a su disposición toda la Tierra, con todos sus frutos y todos los animales, y no había puesto a ese goce completo más que un límite. Les había prohibido expresamente que tocaran los frutos del árbol de la ciencia. Quería que el hombre, privado de toda conciencia de sí mismo, permaneciese un eterno animal, siempre de cuatro patas ante el Dios eterno, su creador su amo. Pero he aquí que llega Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y el emancipador de los mundos. Avergüenza al hombre de su ignorancia de su obediencia animales; lo emancipa e imprime sobre su frente el sello de la libertad y de la humanidad, impulsándolo a desobedecer y a comer del fruto de la ciencia.
Se sabe lo demás. El buen Dios, cuya ciencia innata constituye una de las facultades divinas, habría debido advertir lo que sucedería; sin embargo, se enfureció terrible y ridículamente: maldijo a Satanás, al hombre y al mundo creados por él, hiriéndose, por decirlo así, en su propia creación, como hacen los niños cuando se encolerizan; y no contento con alcanzar a nuestros antepasados en el presente, los maldijo en todas las generaciones del porvenir, inocentes del crimen cometido por aquellos. Nuestros teólogos católicos y protestantes hallan que eso es muy profundo y muy justo, precisamente porque es monstruosamente inicuo y absurdo. Luego, recordando que no era sólo un Dios de venganza y de cólera, sino un Dios de amor, después de haber atormentado la existencia de algunos millares de pobres seres humanos y de haberlos condenado a un infierno eterno, tuvo piedad del resto y para salvarlo, para reconciliar su amor eterno y divino con su cólera eterna y divina siempre ávida de víctimas y de sangre, envió al mundo, como una víctima expiatoria, a su hijo único a fin de que fuese muerto por los hombres. Eso se llama el misterio de la redención, base de todas las religiones cristianas. ¡Y si el divino salvador hubiese salvado siquiera al mundo humano! Pero no; en el paraíso prometido por Cristo, se sabe, puesto que es anunciado solemnemente, que o habrá más que muy pocos elegidos. El resto, la inmensa mayoría de las generaciones presentes y del porvenir, arderá eternamente en el infierno. En tanto, para consolarnos, Dios, siempre justo, siempre bueno, entrega la tierra al gobierno de los Napoleón III, de los Guillermo I, de los Femando de Austria y de los Alejandro de todas las Rusias.
Tales son los cuentos absurdos que se divulgan y tales son las doctrinas monstruosas que se enseñan en pleno siglo XIX, en todas las escuelas populares de Europa, por orden expresa de los gobiernos. ¡A eso se llama civilizar a los pueblos! ¿No es evidente que todos esos gobiernos son los envenenadores sistemáticos, los embrutecedores interesados de las masas populares?
Dios dio la razón a Satanás y reconoció que el diablo o había engañado a Adán y a Eva prometiéndoles la ciencia y la libertad, como recompensa del acto de desobediencia que les había inducido a cometer; porque tan pronto como hubieron comido del fruto prohibido, Dios se dijo a sí mismo (véase la Biblia): “He aquí que el hombre se ha convertido en uno de nosotros, sabe del bien y del mal; impidámosle, pues, comer del fruto de la vida eterna, a fin de que no se haga inmortal como nosotros.”
Dejemos ahora a un lado la parte fabulesca de este mito y consideremos su sentido verdadero. El sentido es muy claro. El hombre se ha emancipado, se ha separado de la animalidad y se ha constituido como hombre; ha comenzado su historia y su desenvolvimiento propiamente humano por un acto de desobediencia y de ciencia, es decir, por la rebeldía y por el pensamiento.

manifestación física, Lair Ribeiro.

Todo lo que existe en el universo físico surgió primero en la mente. El pensamiento es energía, y la energía sigue al pensamiento.
Los pensamientos generan sentimientos que provocan comportaminetos. Éstos tienen consecuencias en el universo físico, que a su vez originan nuevos pensamientos, completando así el ciclo pensar-sentir-actuar.
Los pensamientos depended de las creencias de cada persona. Si a usted no le gusta lo que ve en su entorno, analice lo que piensa y las creencias subyacentes en sus pensamientos. Cambie las creencias, renovándolas lingüísticamente, y surgirán manifestaciones nuevas en su vida.
Es usted quien gobierna su nave. Saque las manos de los bolsillos y dirija el timón con firmeza y determinación, llevando su vida por los mares que usted escoja, siempre habiendo navegado antes en su océano mental.

jueves, 17 de julio de 2008

Ánimo De Juana

Ánimo De Juana.
Somos muchos los que te alentamos.
Tienes a todo un país detrás de ti.
No abandones tu lucha.
Continúa con tu huelga hasta el final.

domingo, 13 de julio de 2008

Catón el Viejo.



Era el prototipo de antiguo romano. Aquel que defendía las tradiciones y el estilo de vida de los romanos primitivos, aquellos que vivían encerrados en su península, y eran famosos por su heroísmo, su virtud, su honor, su capacidad de sacrificio por la comunidad.

Detestaba la influencia que ejercía la recién conquistada Grecia en la Roma de su época. Dicen que cuando trajeron de aquellas tierras conquistadas al foro romano un botín entre el que se incluían grupos de filósofos y magníficas estatuas, se puso enfermo. Creía que Roma no debía perder la rectitud de su espíritu, y por ello se oponía a la sofisticada y elegante corriente helenística que amenazaba con invadir su país.

Sus ordenanzas contra el lujo ostentoso fueron muy severas. Impuso un elevado impuesto sobre vestidos y adornos personales, especialmente en los adornos femeninos, y sobre los esclavos. Adoraba el estilo de vida áspero de los romanos.

Eran tan recto, que siendo cuestor procesó a Escipión el Africano, que era adorado en Roma como general victorioso, por no molestarse en justificar ante el senado sus gastos militares. Escipión le contestó que "contara las victorias y no el dinero".

En el juicio, el militar rehusó defenderse de las acusaciones, pero era tan popular que fue absuelto por aclamación.

Catón demostró con esto que él seguía su ideal de comportamiento sin importarle los demás.


Para evitar que la cultura helénica conquistara a su bárbaro conquistador, Catón tomó la determinación de enfocar Roma hacia el oeste, en lugar de hacia el este, y de defender la tradicional rivalidad con la ciudad de Cartago, como único medio para mantener la particularidad romana.

Se erigió como adalid de la tercera guerra contra esta ciudad, y defendía que fuera completamente arrasada. Desgraciadamente para él, no llegó a verlo, y la ciudad fue conquistada tras su muerte, pero se cumplieron sus deseos, y hoy los arqueólogos modernos sólo han encontrado restos mediocres de la que fue la urbe más importante del mediterráneo, lo que demuestra que fue destruida a conciencia.


Hizo famosa una frase que pronunciaba por esos días a todas horas. Cada vez que hacía un discurso en el senado, la empleaba para finalizarlo. Cada vez que participaba en una conversación, lo mismo. Cada vez que se cruzaba con alguien por el foro, se despedía de él con la misma:


Ceterum censeo Carthaginem esse delendam


"y en cuanto a todo lo demás, Cartago debe ser destruida"



La rectitud moral de la que había hecho gala en su vida flaqueó cuando murió su esposa... aún siendo ya viejo, se casó con una esclava jovencita que le dio un hijo. El que hasta entonces había sido su único hijo, fruto de su primer matrimonio, le retiró la palabra.


Ah, nadie es perfecto... :P

WOMEN'S WORLDS 2008



Ha comenzado el 10 congreso internacional sobre mujeres, y la sede de este año es Madrid.


Su manifiesto dice así:


La igualdad no es una utopía. La igualdad es un derecho. Otro mundo es posible, otro mundo que tenga inscrita la paz y la libertad para todas las mujeres. Somos iguales y somos diferentes. Nuestro congreso es una apuesta por la equidad en la diferencia y la diversidad.


Últimamente el feminismo está levantando mis suspicacias. Creo que detrás de esa expresión hay algunas personas que confunden el significado de la igualdad, y lo mezclan con una especie de sentimiento de revanchismo que ha pasado de defender la mera igualdad, a imponer a la mujer por encima del hombre basándose en la necesidad de recuperar el terreno perdido tras siglos de tradicional marginación. Soy partidario de la igualdad, pero creo que el feminismo que defiende la necesidad de la preponderancia de la mujer es un error prácticamente de la misma magnitud que el machismo.

Creo que pertenezco a una generación en la que las cosas están empezando a cambiar, aunque todavía hay mucho por hacer. Sin embargo pienso que los cambios sociales no se pueden producir de la noche a la mañana, y para que la mujer esté completamente en plano de igualdad, por lo menos en el mundo occidental, todavía debe pasar alguna generación. Otra cosa es hablar de paises no desarrollados.

Por otro lado, no me gusta escuchar ni ver ejemplos en los que en nombre de esa igualdad se promociona a las mujeres por encima de los hombres, o aparecen ellas en situaciones que en caso de ser un hombre, sería escandaloso.

La igualdad es eso, igualdad, nada más. Ni machismo, ni feminismo. Creo que se producirá cuando estas discusiones nadie se las plantee, y en el mundo se acepten las cosas con naturalidad.


Escuché una mujer llena razón, que decía en ese congreso algo más o menos así:


Pertenecemos a una generación a la que se la han facilitado las cosas. Nuestras oportunidades se han ampliado muchísimo. Hemos tenido la opción de estudiar, de formarnos, y alcanzar puestos como el que tenéis vosotras o tengo yo, con el que no podríamos haber soñado hace sólo cuarenta años. Pero las puertas se han abierto a las mujeres siempre y cuando respondan como lo haría un hombre. Es lo único que se espera de ellas. Si un día apareces en el trabajo con tu bebé en brazos, tus derechos se han terminado.

sábado, 12 de julio de 2008

Carrillo


Me estoy leyendo las memorias de Santiago Carrillo. Es un hombre que cuando ha aparecido en televisión me ha gustado escucharle, pero nunca ha terminado de convencerme, quizá por la alargada sombra de los fusilamientos de Paracuellos, que nunca he tenido claro si fueron cometidos bajo su conocimiento o consentimiento.






Algunos energúmenos como Cesar Vidal, le acusan directamente a él, también a Margarita Nelken (representante del movimiento feminista en España, destacada crítica de arte, periodista y escritora, organizadora del moviento de Mujeres Antifascistas), diputada socialista sin ninguna participación en el Gobierno ni en la Junta de Defensa de Madrid, y a muchos otros de estos asesinatos. Por lo visto, Vidal, ha escrito un libro titulado Paracuellos-Katyn. Un ensayo sobre el genocidio de la izquierda. Donde trata de demostrar que las matanzas de Paracuellos no eran sino un episodio más en los afanes exterminacionistas de la izquierda. Toda una joya de imparcialidad, como siempre. (Lamento muchísimo haberme leído en su día un libro de este señor).

Por mi parte, me inclinado siempre más por la misma idea que defiende el hispanista Gibson, que afirma que es difícil de creer que Carrillo no estuviese enterado de las matanzas que se habían producido los días 7 y 8 de noviembre, si no enseguida, si muy poco tiempo después (máxime teniendo en cuenta la conversación con Schlayer, en la que éste le había advertido de la situación de los presos), si bien es posible que no tuviese nada que ver con ella. Gibson concluye que tanto Carrillo como su delegado, Segundo Serrano Poncela, encargado de la Dirección General de Seguridad, prefirieron no darse por enterados del sistema de terror y muerte implantado antes de su llegada al poder, pero continuado durante su mandato. A la vista de esta situación, tanto Carrillo como Serrano Poncela optaron por hacer la vista gorda.

No existe sin embargo ninguna prueba documental o testimonio directos que prueben o acusen a Carrillo de haber ordenado las matanzas, aunque sí documentos o citas de terceras personas que han sido interpretadas por algunos autores como pruebas. El propio Carrillo ha desmentido repetidamente que fuese él la persona que ordenase las matanzas, centrándose en las sacas de la cárcel Modelo y atribuyéndolas generalmente a grupos de incontrolados operando fuera de su jurisdicción, que interceptaron los convoyes, los cuales contaban con una escolta escasa y poco dispuesta a defender a los presos debido a la crítica situación militar y de estado de ánimo de los defensores de la ciudad.

Cuando lees sus memorias, percibes el ambiente de angustia que se vivió en Madrid aquellos días. Las columnas fascistas rodeaban la ciudad y la aviación bombardeaba constantemente. Dentro de la propia ciudad "la quinta columna" trataba de minar la moral de aquellos que resistían, y caminar por las calles de noche era arriesgarse a ser tiroteado por cualquiera. La ciudad parecía sumida en la anarquía, en manos de los grupos violentos. El gobierno republicano, teminendo que Madrid no sería capaz de resistir ese primer asalto de los golpistas, como resistió durante meses, se trasladó huyendo a Valencia dando la ciudad por perdida. La ciudad quedó en manos de la Junta de Defensa de Madrid, bajo el mando militar del general Miaja, destacando también Santiago Carrillo.



Sin embargo se las veían y se las deseaban para hacerse obedecer. Los grupos políticos: socialistas, anarquistas, comunistas, fascistas... se enfrentaban unos contra otros y por si fuera poco, dentro de cada uno también existían corrientes antagónicas. Pese a todo, cuando las tropas asaltantes consiguieron cruzar el río Manzanares, las mejores tropas del ejército nacional se estrellaron contra la resistencia republicana con duros combates en torno a la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria y el barrio de Argüelles, donde se estabilizó el frente. Ante la imposibilidad de tomar la capital, el ataque se suspendió el 11 de noviembre.

La resistencia de las milicias populares predominantemente socialistas y comunistas, unida de forma decisiva a los refuerzos de las Brigadas Internacionales, permitió que Madrid, convertido en un símbolo de resistencia contra los sublevados siguiera en manos de la República durante el resto de la contienda. Miles de madrileños ayudaron a los milicianos cavando trincheras, instalando puestos médicos, de comida. El 9 de noviembre la primera brigada internacional de voluntarios extranjeros desfilo por la Gran Vía, ante la multitud que los vitoreaba equivocadamente: "¡Vivan los rusos!".

Pero durante esos días, los rebeldes llegaron a estar a doscientos metros de la cárcel Modelo de Madrid, donde estaban bajo prisión los elementos más activos del fascismo de la capital, que de tener oportunidad de colaborar con los asaltantes, lo harían.
Su cifra era superior a la de los dos mil, y si conseguían cruzar el frente, probablemente lograrían desestabilizar las fuerzas de la resistencia. Por esa razón, se iniciaron los traslados a prisiones de otras ciudades cercanas a Madrid.

En el libro de memorias, Carrillo da pruebas de los controles en las carreteras al margen de la ley que ejercían los diferentes sectores políticos. Incluso a él, en una ocasión en la que acudía a Valencia a una reunión con el gobierno, fue interceptado y obligado a regresar a la capital.

Carrillo justifica su actuación basándose en la ignorancia. Según él, no tubo conocimiento de los hechos ocurridos en Paracuellos "hasta mucho después". Los convoys de prisioneros, una vez fuera de la ciudad, debieron encontrarse con grupos radicales a los que no pudieron oponerse, porque dadas las necesidades, la escolta era muy reducida. Estos grupos serían quienes decidieron terminar con el problema fusilándolos.

Eso explicaría también porque no todos los convoys terminaron de la misma manera, y la mayoría alcanzaron su destino. Tampoco fueron eliminados los individuos más importantes del fascismo, algunos de ellos fueron trasladados sin novedad, lo que demuestra que no fueron asesinatos selectivos.





Realmente dudo que sepamos lo que sucedió. Pero inclinándome por la más plausible, creo que Carrillo sí que conocía esos hechos, y que no hizo nada para evitarlos dadas las circunstancias nacionales y el estado de sitio de Madrid.


Sin embargo, me resulta también paradójico que mucha gente haya oído hablar de las matanzas de Paracuellos, pero no era tan conocido, o al menos no lo era para mí, la represión que se produjo en Badajoz, donde el periodista norteamericano Jay Allen pudo contar mil ochocientos fusilados, y las autoridades le informaron de un total de cuatro mil. A estos republicanos se les ametralló en la plaza de toros.

viernes, 11 de julio de 2008

¡Terminaron los exámenes!

Buf,


por fin los he dejado atrás.

Tengo la sensación que mi vida está en pause durante todo un mes cuando empiezan los examenes. Dejo el gimansio, las clases... incluso dejo para más tarde ir a cortarme el pelo.

Pero lo que más me molesta es no poder dedicar tiempo a "perderlo" en las cosas que a mí me gustan.

Entre otras dedicarme a leer. Pero aprovecho el mes para elaborarme un listado de los títulos que llegan a mis oídos y que voy a querer leerme más tarde. Ahora sólo me falta encontrar el dinero. Tengo el escritorio lleno de post.its, no sólo de títulos, también de frases que quiero recordar. Una que apunté hace poco y que creo que resume una filosofía bastante interesante que se puede aplicar en muchos campos decía:


hay que hacer de las catástrofes incidentes,

y nunca de los incidentes catástrofes.


Me gusta porque creo que hay que darle a las cosas la importancia que tienen.