- Isabel ante el embajador de España:
-Dígale a Felipe que no le temo, ni a él, ni a sus sacerdotes, ni a su ejército. Si nos muestra el puño, nosotros también podemos golpearle...
-Ve caer una hoja -contesta él friamente- y ya cree saber de donde sopla el viento. Y soplarán vientos, que arrasarán a su soberbia, majestad. (saludan, y comienzan a marcharse).
- ¡Yo también gobierno el viento, señor! ¡Y el huracán que hay dentro de mí arrasará España si se atreven a desafiarme!
- Isabel habla a su consejo ante la inminencia de la llegada de la Armada. (La situación para ella parece perdida).
-...esos buques traen a la inquisición en sus entrañas. Si logran su objetivo no habrá más libertades, ni de conciencia, ni de pensamiento. Tenemos que triunfar.
Frase bastante ampulosa pero cargada de significado, aunque omita que Isabel tampoco fue gran amante de la libertad, particularmente hablado de aquellos que elegían ser libres católicamente, pero que da que pensar en cuanto a que en realidad quizá fue bueno que naufragara la flota, pues la división de poderes, enfrentados unos a otros, garantiza la seguridad de los que estamos abajo, y en aquellas circunstancias felipe ya acumulaba demasiado.
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