domingo, 13 de julio de 2008

Catón el Viejo.



Era el prototipo de antiguo romano. Aquel que defendía las tradiciones y el estilo de vida de los romanos primitivos, aquellos que vivían encerrados en su península, y eran famosos por su heroísmo, su virtud, su honor, su capacidad de sacrificio por la comunidad.

Detestaba la influencia que ejercía la recién conquistada Grecia en la Roma de su época. Dicen que cuando trajeron de aquellas tierras conquistadas al foro romano un botín entre el que se incluían grupos de filósofos y magníficas estatuas, se puso enfermo. Creía que Roma no debía perder la rectitud de su espíritu, y por ello se oponía a la sofisticada y elegante corriente helenística que amenazaba con invadir su país.

Sus ordenanzas contra el lujo ostentoso fueron muy severas. Impuso un elevado impuesto sobre vestidos y adornos personales, especialmente en los adornos femeninos, y sobre los esclavos. Adoraba el estilo de vida áspero de los romanos.

Eran tan recto, que siendo cuestor procesó a Escipión el Africano, que era adorado en Roma como general victorioso, por no molestarse en justificar ante el senado sus gastos militares. Escipión le contestó que "contara las victorias y no el dinero".

En el juicio, el militar rehusó defenderse de las acusaciones, pero era tan popular que fue absuelto por aclamación.

Catón demostró con esto que él seguía su ideal de comportamiento sin importarle los demás.


Para evitar que la cultura helénica conquistara a su bárbaro conquistador, Catón tomó la determinación de enfocar Roma hacia el oeste, en lugar de hacia el este, y de defender la tradicional rivalidad con la ciudad de Cartago, como único medio para mantener la particularidad romana.

Se erigió como adalid de la tercera guerra contra esta ciudad, y defendía que fuera completamente arrasada. Desgraciadamente para él, no llegó a verlo, y la ciudad fue conquistada tras su muerte, pero se cumplieron sus deseos, y hoy los arqueólogos modernos sólo han encontrado restos mediocres de la que fue la urbe más importante del mediterráneo, lo que demuestra que fue destruida a conciencia.


Hizo famosa una frase que pronunciaba por esos días a todas horas. Cada vez que hacía un discurso en el senado, la empleaba para finalizarlo. Cada vez que participaba en una conversación, lo mismo. Cada vez que se cruzaba con alguien por el foro, se despedía de él con la misma:


Ceterum censeo Carthaginem esse delendam


"y en cuanto a todo lo demás, Cartago debe ser destruida"



La rectitud moral de la que había hecho gala en su vida flaqueó cuando murió su esposa... aún siendo ya viejo, se casó con una esclava jovencita que le dio un hijo. El que hasta entonces había sido su único hijo, fruto de su primer matrimonio, le retiró la palabra.


Ah, nadie es perfecto... :P

1 comentario:

  1. wapet! que te llamo y pasas de mi?
    por favor, deme usted cita un día de estos. Que mal, esta semana tb trabajo mañana y tarde..... complicado está lo de quedar (a comer un día si se podría, no????)
    LLAMAMEEEEEEE

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